Denunciar abuso

Ir al contenido principal

¿SABES QUIEN FUE LA PRIMERA DIPUTADA POTOSINA?

El Congreso del Estado de San Luis Potosí develó la placa “Diputada Matilde Cabrera Ipiña”, que ahora da nombre al Instituto de Investigaciones Legislativas, esto en honor a esta mujer que a mediados del Siglo XX rompió todos los paradigmas de la política potosina al convertirse en la primera regidora en el estado y posteriormente en la primera diputada.

A continuación hacemos un repaso por la vida y trayectoria de la esta icónica pionera de la participación de las mujeres en espacios públicos:

Matilde Cabrera Ipiña de Corsi nació el 30 de octubre de 1906 en San Luis Potosí. Fue bisnieta de Pantaleón Ipiña, considerado el primer alcalde potosino después de la proclamación de la independencia de México, esto entre 1827-1830. También fue nieta de José Encarnación Ipiña, gobernador interino del estado en el año de 1911, cuyas ideas liberales lo pusieron en conflicto con José María Espinoza y Cuevas, otro aspirante al poder ejecutivo estatal de corriente porfirista. Su padre, Octaviano Cabrera Hernández, falleció muy joven, y a pesar de que se dictaminó un accidente, siempre existió la sospecha de que había sido asesinado.



Matilde fue la mayor de seis hermanos, quienes al estar en el contexto de la Revolución Mexicana, se mudaron constantemente entre diversas haciendas y ciudades del país, en un matriarcado debido a la muerte de su padre.

En 1927, su familia decidió trasladarse a San Remo, Italia, donde Matilde aprendió francés, italiano y alemán en el Colegio del Sagrado Corazón. Un episodio destacado en la vida de Matilde, fue su matrimonio con Pedro Ponce de la Maza, quien trabajó para la Legación Mexicana en Berlín, y debido al puesto diplomático de su esposo, coincidió en varias ocasiones con Adolf Hitler, aunque nunca demostró afinidad por la ideología del político y militar alemán.

La potosina trabajó en la radio alemana desde 1938 hasta 1942, año en que México rompió relaciones culturales y diplomáticas con este país debido a la Segunda Guerra Mundial. Durante su estancia en Alemania, fue testigo de los bombardeos por parte de Inglaterra, y no pudo volver a México hasta 1945, tras concluir el conflicto y gracias a la intervención del General Bilardo, ministro de Portugal.

Diez años después, y ya establecida en su ciudad de origen, Cabrera Ipiña recibió la invitación de Gonzalo N. Santos para que ocupara el cargo de primera regidora del Ayuntamiento de la capital en septiembre de 1955. Durante su paso por la administración pública, se ocupó de parques, jardines, teatros y cines. Sin embargo, a la mitad de su periodo, Manuel Álvarez López, el entonces gobernador del estado, le pidió que solicitara licencia de su cargo y aceptara una curul en el Congreso local por el primer distrito de la capital potosina. Su respuesta fue sí, y tras la campaña electoral, el resultado fue a su favor, convirtiéndose, a sus 50 años de edad, en la primera mujer diputada en San Luis Potosí.

La labor de Matilde Cabrera en el Legislativo local destacó por la puesta en marcha de obras en beneficio social de personas y municipios vulnerables, como la gestión de una sala completa de operaciones para la Cruz Roja en 1957, apoyo para equipo de bombeo en Villa de Arista, el desazolve y reparación de la presa de Bocas y cinco pozos profundos en Villa de Arista, y la gestión para llevar la electricidad a los municipios de Charcas, Venado, Moctezuma y la región agrícola de Villa de Arista. Además, gestionó la reinstalación del Consulado estadounidense en la entidad.

Luego de esos cinco años en la función pública, decidió alejarse de ese ámbito y concentrarse en sus estudios de genealogía y heráldica, donde logró su incorporación a la Academia Mexicana de Historia y Geografía, el Instituto Internacional de Genealogía y Heráldica de Madrid, así como de la Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica. Durante toda su vida también destacó su obra literaria, con la publicación de varios libros como “Cuatro Grandes Dinastías Mexicanas”; “Los Bledos”; “Leyendas y memorias de una hacienda”; “La Lonja de San Luis Potosí: un siglo de tradición” (1957); “La familia Hernández Soto de San Luis Potosí” (1966); “Refutación genealógica del libro ‘El valle del Maíz, S.L.P.’” (1970); “La casa de Cabrera en San Luis Potosí” (1975); “Los perros de Cucú: ‘Xoloitzcuintli’, ‘Titán’ y ‘Vagabundo’” (1980); y “Mis viajes: memorias de ayer y hoy, Volumen 1” (1985), entre otros. Existen pocos registros sobre su fallecimiento, pero se asegura que se produjo en el año de 1993.

Comentarios

Derechos Reservados Ahualulco Diario; 2020 Ahualulco Al Día